Tolerancia

Tolerancia

Respeto a las ideas, las opiniones o las acciones de los demás aunque sean contrarias o diferentes a las propias. Decimos que una persona es tolerante cuando no intenta imponer sus ideas ni su manera de actuar a los demás, escucha sus razonamientos e incluso es capaz de cambiar de opinión si lo cree conveniente. Todo lo contrario de una persona intolerante, que se cierra ante cualquier idea ajena y que reprueba las costumbres diferentes a las propias.

Donde hay TOLERANCIA hay...

No es posible la TOLERANCIA si hay...

Una historia real

El dueño del barrio

Desde hacía un tiempo, Antonio, con apenas trece años, se había convertido en una amenaza para la convivencia de la comunidad. Vivía en la calle Simón Octavio y estaba convencido de que era el dueño del barrio. Capitaneaba una pandilla formada por una docena de adolescentes intolerantes y agresivos siempre dispuestos a armar camorra. Su feudo era el parque Buenavista, un jardín situado junto a la escuela. Era un lugar agradable que hubiera hecho las delicias de los pequeños del barrio si la banda de Antonio no se hubiera adueñado del lugar.

Cuando un «forastero» —y para Antonio un forastero era cualquier niño o niña que no viviese en la calle Simón Octavio— entraba en el parque, Antonio sentía su liderazgo amenazado y los obligaba a marchar.

— Por qué no te vas a jugar a tu calle —le dijo a la dulce Chus el día que ésta, tímidamente, se acercó hasta las pistas de juego.

—Aquí no queremos extraños —le espetó a Juan, un niño tímido con una lesión en la columna vertebral que iba en silla de ruedas.

La cosa se quedaba aquí cuando los recién llegados no le respondían, pero no ocurría lo mismo todas las veces. De hecho, ya había habido varios conatos de peleas entre la banda de Antonio y algunos niños y niñas de otras calles del barrio.

Afortunadamente alguien dio la señal de alarma en la reunión de la asociación de vecinos del barrio, y desde ahí al colegio de Antonio y a sus padres. Con la acción concertada de todos, se estableció un plan para que Antonio aprendiera a compartir y a tolerar, y canalizara sus indudables capacidades de liderazgo de forma positiva. La ayuda profesional de un educador especial y la colaboración de muchos padres y vecinos del barrio comenzaron enseguida a surtir efecto. Pronto se organizó un torneo de fútbol, y Antonio fue el encargado de reclutar e inscribir a los participantes.

Frases para meditar

•   De la intolerancia al fanatismo sólo hay un paso. Del fanatismo a la barbarie aún menos.

•   Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.

•   No vemos las cosas tal como son, sino tal como somos.

•   Lo único que no se puede tolerar es la intolerancia.

•   En nosotros todo lo excusamos; en el prójimo, nada.

Grandes personajes:

Ana Frank